El firmamento cayó, en el centro del salón.
Y al saber, que ya de largo nuestro amor se fue,
gritamos más cada vez.
¿Y aún preguntas quien perdona a quién?.
Entras en la habitación, porque me has hecho venir.
Siempre terminas sacando lo malo de mi.
Ayer decías que no, y ahora me dices que si,
soy tu problema y tú el mal que me hace sufrir.
No me levantes la voz, que no que no respondo de mi.
Sabes de sobra que así no podemos seguir.
Algo me dice que no, que esto se pierde.
¿Y quién nos lo iba a decir?,
se secó, nuestro jardín.
Es normal, yo soy marea que viene y se va,
y tú la orilla del mar.
¿Y aún preguntas quien perdona a quién?.
No lo esperaba de ti,
¿cómo has podido decir, que ya no somos los mismos que no eres feliz?.
A veces piensas que no, que no soy yo para ti,
porque no sientes la estrella que hay dentro de ti.
Nos bastaría un perdón, un renovarse o morir,
Aunque ya empiezo a pensar que lo nuestro es sufrir.
Algo me dice que no, que no, que esto se pierde...
Somos Abel y Caín...
No entiendo como la rabia enciende las palabras,
palabras que no son nada pero llegan al alma.
Y me arrepentiré...
Y no quiero...
Y te espero...
Y he decidido no perder ya ni un solo segundo mas...
Por favor di de una vez, que es lo que quieres de mí,
no puede ser que las cosas se queden así.
Como la triste canción, que yo escribí para ti,
Como el maldito silencio que llega hasta mi.
No te querrán como yo, como yo te quise a ti,
y vivirás de un recuerdo que hiciste morir.
Fuimos ninguno de dos,
fuimos Abel y Caín,
fuimos un cielo que llueve y se aleja de aquí.
Entras en la habitación, porque me has hecho venir,
siempre terminas sacando lo malo de mi.
Ayer decías que no, y ahora me dices que si,
soy tu problema y tú el mal que me hace sufrir.
No me levantes la voz que no, que no respondo.
Fuimos ninguno de dos...
Y un cielo que llueve...
Para no morir... (2x).