Ya están aquí los fantasmas,
Siempre los mismos fantasmas,
Con sus montajes fantasmas,
¡Vaya un tostón!
Hay dos tipos de fantasmas que pululan orgullosos de su condición;
Uno es el que tiene padre rico, herencia, fincas y una novia rebombón;
Otro es el teórico-archivista-geniecillo-culterano de salón;
Y también existen otros tipos de fantasmas, tal vez un montón o dos.
El primero corre con el porsche, caza, farda y tiene en suiza un fortunón.
Tiene un tío en el gobierno, escudo de armas (no da golpe) y fina educación;
Siempre tiene un cocktail, una boda y una cena, qué tremendo problemón;
Se viste de play-boy, dice ciao y, "camarero, sírveme otro bourbon".
El segundo es plurimarginado, está de adorno en una mesa de algún pub;
Es un erudito, está en el ajo de las cosas, y en el quid de la cuestión;
Va de arte y ensayo con cronómetro, cuaderno y fila quinta por favor;
Todos son unos vendidos, menos él, que es puro y mártir de la incomprensión.
Y todos somos fantasmas,
No hay quien no sea un fantasma,
Y el que no lo reconozca,
...No lo será.