¡Se acabó nuestro cariño, me dijiste fríamente,
Yo pensé pa' mis adentros, puede que tenga razón,
Lo pensé y te dejé sola, sola y dueña de tu vida,
Mientras yo con mi conciencia me jugaba el corazón.
Y cerré fuerte los ojos, y apreté fuerte los labios,
Pa' no verte, pa' no hablarte, pa' no gritar un adiós
Y tranqueando despacito me fui al bar que está en la esquina para ahogar con cuatro tragos lo que pudo ser tu amor.
Yo no pude prometerte
Cambiar la vida que llevo,
Porque nací calavera
Y así me habré de morir.
A mi me tira la farra,
El café, la muchachada,
Y donde haya una milonga
Yo no puedo estar sin ir.
Bien sabés cómo yo he sido,
Bien sabés cómo he pensado,
De mis locas inquietudes,
De mi afán de callejear.
Mala suerte si hoy te pierdo,
Mala suerte si ando solo,
El culpable soy de todo
Ya que no puedo cambiar.
Porque yo sé que mi vida no es una vida modelo,
Porque quien tiene un cariño, al cariño se ha de dar,
Y yo soy como el jilguero, que aun estando en jaula de oro, en su canto llora siempre el antojo de volar...
He tenido mala suerte, pero hablando francamente,
Yo te quedo agradecido, has sido novia y mujer;
Si la vida ha de apurarme con rigores algún día,
¡Ya podés estar segura que de vos me acordaré!